Editorial / 2023-07-19 12:24:13

Macondo


Macondo: Lo triste es que hay relatar nuevas andanzas de viejos trucos o atajos que hacen gente experimentada no solo en años, sino que repiten errores puntuales. Argentina, un lugar.

Macondo: Lo triste es que hay relatar nuevas andanzas de viejos trucos o atajos que hacen gente experimentada no solo en años, sino que repiten errores puntuales. Argentina, un lugar.

Macondo es el pueblo ficticio descrito en las novelas Cien años de soledad, Los funerales de la Mamá Grande, La hojarasca, La mala hora, El coronel no tiene quien le escriba y Monólogo de Isabel viendo llover en Macondo del colombiano

Según Gabriel García Márquez, el término Macondo procede del griego, acercándose al latín. Es un fitónimo de origen bantú para plátano. Macondo provendría de makonde, que es el plural de likonde, voz con la que se designa al fruto prenominado en la milenaria lengua centroafricana y que literalmente significa ‘alimento del diablo’.

La villa de Macondo fue fundada por José Arcadio Buendía y los miembros de su expedición; formada por varios amigos, sus esposas e hijos.​ Su objetivo era cruzar las montañas en dirección oeste en busca de una salida al mar.

El sitio de fundación fue aquel lugar donde una noche, tras haber deambulado durante 26 meses, José Arcadio Buendía soñó con una ciudad ruidosa con casas de paredes de espejo cuyo nombre era Macondo.

Meses mas meses menos, en este Macondo del recontra subdesarrollo, venimos deambulando esta vez en manos de viejos fundadores, devenidos en la renovación, que vinieron a enderezar la nave expedicionaria de Buendía ya que, según su criterio, mientras lo acompañaban desde la primera hora y tras una discusión con José Arcadio, vieron que éste equivocó el rumbo.

Y solo ellos tenían la solución a los problemas, por acción u omisión, por ellos mismos ocasionados, al ser contestes con las decisiones de Buendía y luego de perder una votación de como seguirían sus días, rumbo a la Ciudad Ruidosa...  

Produciéndose un golpe interno destituyendo e ignorando a ‘los mandos naturales’ por ellos mismos constituido y juraron obedecer. Auto percibiéndose los restauradores del estropicio de Buendía de los que fueron partícipes necesarios…

Ellos tienen un golpe de suerte ya que pudieron encontrar incautos que compraron la idea luego de haber inundado de noticias falsas y mentiras sobre la nueva configuración de la ciudad ruidosa con casas de paredes de espejo. A pesar de un par de derrotas de una Patrulla Perdida al incursionar en un nuevo replanteo…

Más, no fueron los únicos ya que su sublevación a Buendía, cundió en propios, a quien se le atendió y otorgó todos sus requerimientos, como a extraños que se encolumnaron a medias, con el agravante que gente experimentada en grandes lides volvieron a saltar el paso siguiente a su colegiatura. Los nuevos indignados de Buendía.

Quienes hoy apuntan a una nueva dirigencia, viejas huestes sublevadas de Buendía, a la que interpelan e invitan a limar asperezas con esta nueva dirigencia, -ex Generales y Capitanejos septuagenarios, derrotados por Buendía, que hoy lotean y dan títulos de propiedad a piacere-. Aparentemente, y a la luz de los hechos, poco queda de la ilusión por la ciudad ruidosa con casas de paredes de espejo.

Pero siguen fortificando su speech con el que siguen comprando incautos, algunos de ellos noveles y calificados profesionales que a pie juntillas ni repreguntas, menos investigación, aceptan de buenos modos la realidad goebbeliana que se les plantea sobre la nueva ciudad ruidosa con casas de paredes de espejo soñada por José Arcadio Buendía, que van a construir los ex Generales y Capitanejos septuagenarios derrotados por Buendía. Con la sola autoridad que les da la ilegalidad e impunidad. De momento comen el ‘alimento del diablo’. La locura es total.

Argentina, un lugar.