Editorial / 2023-05-07 12:05:27

Imperdonables


Imperdonables: Hay que reconocerles a estos pibes el particular talento de presentarse como si Ellos no tuviesen nada que ver con el fracaso de su propio asalto. No son superhéroes son Los Increíbles.

Imperdonables: Hay que reconocerles a estos pibes el particular talento de presentarse como si Ellos no tuviesen nada que ver con el fracaso de su propio asalto. No son superhéroes son Los Increíbles.

Los Imperdonables, era un western que dirigió y protagonizó Clint Eastwood, [foto]. La película cuenta la historia de un paria de la ley interpretado por Eastwood, que se ha dado por vencido en criar a sus hijos.

Sin embargo, en su búsqueda de dinero de manera desesperada, acepta un último trato, que es más trabajo del que podría haber pedido. Es una historia en la que Eastwood describe como mostrando la verdadera fealdad de la violencia, brinda a la audiencia una experiencia realista de lo que es matar o morir.

No se trata de vida o muerte, pero al decir de Ellos, que venían a resucitar algo que los del frente mataron. Y estarían haciendo aguas ya que sufren los mismos males de empatía que los matadores. Se comieron una pequeña estampida con una sonrisa en los labios. De momento, -a propósito de cowboys-, su ganado se habría vuelto chúcaro y les dio la espalda. O lo sindicamos a falta de ‘tiempo’.

Ya que el matador estuvo con todos los regímenes, en su momento a todos les sirvió pagando con creces su pase. Pero un día se supo que la principal espada podía descabellar a los que estaban en los tendidos y fue la hecatombe, salida de la noche de los justos. Fue cuando salió a la luz que estábamos ante gente sin escrúpulos haciendo de la mentira su herramienta y del no hacerse cargo su bandera. Buena gente.     

De hecho, da ternura verlos ahora todos unidos, -¿triunfaremos?-, aquel que le tiro el vehículo en ruta, porque en su momento lo sancionó. Con los enajenadores y los triple canceladores de citas, con el que te dejo de a pie y generó el récord mundial, el trailerazo de un ‘Pura Sangre’. Sumado a ellos, los que prometieron de local NUNCA MÁS. Sin olvidar a los ambulatorios diferentes devenido en gurú.

Que cuadro más familiar. Es gratificante verlos a todos en fila y con el que te dije fruncido. ‘Chuzo’ pero fruncido. Digo, que la gente se quiera. Pero como la vida misma. Se olvidaron de sus orígenes y de dónde vienen. Muy lejano al matar o morir.

Pasado el aviso parroquial, las preguntas del millón: ¿Cuánta culpa cargan los matadores? ¿Dónde queda la sede que supieron edificar en más de 4 décadas exitosas, que por culpa del matador ‘alternativo’ se demolió?

O, es que: ¿se sigue rondando de esquina en esquina y de bar en bar apelando, la permanencia, a la buena voluntad del encargado a la hora que se ‘pican’ los debates? ¿Cuánto tiempo más o cuantas generaciones pasarán hasta que se hagan cargo del estropicio?

La cruda realidad indica que esa deuda será un plomo, pero, de momento, no se pagó. Para ello no hace falta refundaciones ni nada que se parezca a un lavado de cara si seguirás siendo un homeless, -deudor-, en tu disciplina que cultivas con afán fundacional. Solo serás un paria al que le cuesta criar a sus hijos.

En cambio, Los Imperdonables, mutan del western, -que venían a comerse los chicos crudos-, al cartoon que cuenta de una familia suburbana, Los Increíbles, que intenta mantener sus superpoderes en el ocultamiento mientras el patriarca se frustra y es atraído a una isla para vivir sus días de gloria como superhéroe, modificando la manera en la que son vistos los superhéroes y lleva a que Los Increíbles sean... INCREÍBLES.

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